“No basta con ver. Hay que comprender. No basta con comprender. Hay que resistir.”
La curiosidad fue desde el principio la semilla de todo: aprender, preguntar y poner en duda lo establecido abrió el camino hacia la búsqueda constante. Cada
persona encontrada, con sus luces y sus sombras, fue dejando huellas que llenaron el alma de matices: la lealtad que sostiene, el amor que transforma, la traición que duele pero enseña, la humanidad que se revela en cada gesto, con su grandeza y sus límites.
En esa suma de experiencias se dibuja la condición humana, con todo lo que ofrece la vida: certezas y dudas, claridad y sombras. Indagar, estudiar, conocer y comprender se volvieron una forma de abrazar la complejidad sin miedo a ella, con la certeza de que incluso en los momentos más duros habita la posibilidad de crecer.
Al mirar atrás, lo que permanece no es la sucesión de pruebas superadas, sino la humildad conquistada día a día: esa conciencia serena de quién se es, fruto del trabajo interior y de la certeza de que toda búsqueda merece la pena cuando nos conduce a reconocer nuestra propia humanidad para no perder nunca nuestra esencia.
Lourdes S. Payán
Directora General
Desde que comencé en el mundo empresarial he trabajado siempre con tres objetivos claros.
El primero, asegurar la solidez y sostenibilidad de cada proyecto.
El segundo, lograr que las personas quedaran tan satisfechas con nuestra manera de hacer las cosas que nos recomendaran a otros con plena confianza.
Y el tercero, quizá el que mejor me define, crear entornos de trabajo en los que la gente pueda realizarse y ser feliz. Porque estoy convencido de que, cuando se consigue esto, se despierta lo mejor de cada persona y todos crecemos juntos.
A lo largo de mi vida no he confiado tanto en mis propias capacidades como en la fortuna de haber emprendido proyectos a hombros de gigantes: personas absolutamente extraordinarias que han colaborado conmigo, que han transformado sus vidas y, al mismo tiempo, la mía.
Más allá de lo empresarial, me acompaña una búsqueda constante: comprender al ser humano en toda su riqueza, con sus virtudes y sus defectos, y aprender de esa complejidad que nos hace únicos.
Ramón García
Fundador